dilluns, 6 de juny del 2016



Texto 10

 

CALISTO.- Vencido me tiene el dulzor de tu suave canto; no puede más sufrir tu penado esperar. ¡Oh mi señora y mi bien todo! ¿Cuál mujer podía haber nacida que desprivase tu gran merecimiento? ¡Oh interrumpida melodía! ¡Oh gozoso rato! ¡Oh corazón mío! ¿Y cómo no pudiste más tiempo sufrir sin interrumpir tu gozo y cumplir el deseo de entrambos?

                                           

MELIBEA.- ¡Oh sabrosa traición! ¡Oh dulce sobresalto! ¿Es mi señor y mi alma? ¿Es él? No lo puedo creer. ¿Dónde estabas, luciente sol? ¿Dónde me tenías tu claridad escondida? ¿Hacía rato que escuchabas? ¿Por qué me dejabas echar palabras sin seso al aire, con mi ronca voz de cisne? Todo se goza este huerto con tu venida. Mira la luna, cuán clara se nos muestra; mira las nubes, cómo huyen; oye la corriente agua de esta fontecica, cuánto más suave murmullo y húmedo lleva por entre las frescas hierbas. Escucha los altos cipreses, cómo se dan paz unos ramos con otros, por intercesión de un templadico viento que los mece. Mira sus quietas sombras cuán oscuras están, y aparejadas para encubrir nuestro deleite. Lucrecia, ¿qué sientes, amiga? ¿Tornaste loca de placer? Déjamelo, no me lo despedaces, no le trabajes sus miembros con tus pesados brazos. Déjame gozar de lo que es mío, no me ocupes mi placer.

 

CALISTO.- Pues, señora y gloria mía, si mi vida quieres, no cese tu suave canto. No sea de peor condición mi presencia, con que te alegras, que mi ausencia, que te fatiga.

 

SOSIA.- ¿Así, bellacos, rufianes, veníais a aterrorizar a los que no os temen? Pues yo os juro que si esperáis, que yo os hiciera ir como merecíais.

 

CALISTO.- Señora, Sosia es aquel que da voces. Déjame ir a verlo, no lo maten; que no está sino un pajecico con él. Dame presto mi capa, que está debajo de ti.

 

MELIBEA.- ¡Oh triste de mi ventura! No vayas allá sin tus corazas; tórnate a armar.

 

CALISTO.- Señora, lo que no hace espada y capa y corazón, no lo hacen coraza y capacete y cobardía.

 

SOSIA.- ¿Aún tornáis? Esperad; quizá venís por lana.

 

CALISTO.- Déjame, por Dios, señora, que puesta está la escala.

 

MELIBEA.- ¡Oh, desdichada soy! ¡Y cómo vas, tan recio y con tanta prisa y desarmado, a meterte entre quien no conoces! Lucrecia, ven presto acá, que es ido Calisto a un ruido. Echémosle sus corazas por la pared, que se quedan acá.

 

TRISTÁN.- Tente, señor, no bajes. Idos son; que no eran sino Traso el cojo y otros bellacos, que pasaban voceando. Que ya se torna Sosia. Tente, tente, señor, con las manos a la escala.

 

CALISTO.- ¡Oh, válgame Santa María! ¡Muerto soy! ¡Confesión!

 
 
 
COMENTARIO DE TEXTO: “LA CELESTINA”

El texto es un fragmento de “La Celestina” de Fernando de Rojas. Estamos ante un ejemplo de literatura medieval del siglo XV y dentro del género teatral y subgénero tragicomedia de esta época.
Fernando de Rojas fue un judío converso procedente de Toledo (1470-1541)             
 

El tema de este fragmento es la conversación mantenida entre Calisto, Melibea y los criados.

Calisto aparte de estar interesado por Melibea, también muestra interés por su doncella Lucrecia gracias a su fascinante voz. Tras esto, Melibea se preocupa y se siente rechazada. Los criados de Calisto, Tristán y Sosia, intentan hablar con él.

Como ya hemos dicho estamos ante un texto teatral donde se puede observar la conversión de varios personajes resolviendo un problema. También es una tragicomedia; aquí se pueden observar algunas frases de comedia pero no de tragedia.


Personajes:
Calisto: Personaje plano que está enamorado de Melibea, y al final de la obra muere de manera accidental e ridícula (se cae de un muro).


Melibea: Personaje redondo. Dueña de sus actos y representa el amor en la obra. Al final de la obra decide suicidarse.


Lucrecia: Criada de Melibea. Ella dice que odia a Calisto pero en realidad lo ama, por eso siente envidia de su ama.

Tristán: Fiel criado de Calisto.


Sosia: Criada de Calisto que está enamorada de Areusa.


Como se puede observar se hace el uso del decoro lingüístico: Los personajes hablan según su condición social. Se puede ver que Calisto y Melibea hablan de una forma mas culta que Sosia y Tristán.

También aparecen figuras retóricas. Se puede observar una antítesis: “no sea de peor condición mi presencia, con que te alegras, que mi ausencia, que te fatiga”. Las palabras “presencia” y “ausencia” son contradictorias.

En conclusión estamos ante un fragmento de la obra “La Celestina” de Fernando de Rojas que muestra todas las características propias del teatro en esta época.
 
PARTE CREATIVA
Melibea: - ¡Oh mi señor, no me esperaba esto de vos! ¿Qué he debido hacer yo mal para que te vayas con mi fiel doncella?Oh Lucrecia, no cantes más. Calisto ¿eres tú, mi señor y mi alma? ¿Oh Dios, es él?
Calisto: -Oh mi señora, mi querida Melibea. Fue todo un error, su espectacular voz me dejó sin habla y me dejé llevar. ¡Oh Dios mio! Estoy tan arrepentido. Sé cierto que no volverá a pasar.
Melibea: -Calisto, mi fiel Calisto… Estoy confusa, yo te quiero solo para mí, no para las demás. Eso lo decides tú, pero yo ¿yo estoy loca de amor?
 
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