Texto 10
CALISTO.- Vencido me tiene el
dulzor de tu suave canto; no puede más sufrir tu penado esperar. ¡Oh mi señora
y mi bien todo! ¿Cuál mujer podía haber nacida que desprivase tu gran
merecimiento? ¡Oh interrumpida melodía! ¡Oh gozoso rato! ¡Oh corazón mío! ¿Y
cómo no pudiste más tiempo sufrir sin interrumpir tu gozo y cumplir el deseo de
entrambos?
MELIBEA.- ¡Oh sabrosa traición!
¡Oh dulce sobresalto! ¿Es mi señor y mi alma? ¿Es él? No lo puedo creer. ¿Dónde
estabas, luciente sol? ¿Dónde me tenías tu claridad escondida? ¿Hacía rato que
escuchabas? ¿Por qué me dejabas echar palabras sin seso al aire, con mi ronca
voz de cisne? Todo se goza este huerto con tu venida. Mira la luna, cuán clara
se nos muestra; mira las nubes, cómo huyen; oye la corriente agua de esta
fontecica, cuánto más suave murmullo y húmedo lleva por entre las frescas
hierbas. Escucha los altos cipreses, cómo se dan paz unos ramos con otros, por
intercesión de un templadico viento que los mece. Mira sus quietas sombras cuán
oscuras están, y aparejadas para encubrir nuestro deleite. Lucrecia, ¿qué
sientes, amiga? ¿Tornaste loca de placer? Déjamelo, no me lo despedaces, no le
trabajes sus miembros con tus pesados brazos. Déjame gozar de lo que es mío, no
me ocupes mi placer.
CALISTO.- Pues, señora y gloria
mía, si mi vida quieres, no cese tu suave canto. No sea de peor condición mi
presencia, con que te alegras, que mi ausencia, que te fatiga.
SOSIA.- ¿Así, bellacos,
rufianes, veníais a aterrorizar a los que no os temen? Pues yo os juro que si
esperáis, que yo os hiciera ir como merecíais.
CALISTO.- Señora, Sosia es aquel
que da voces. Déjame ir a verlo, no lo maten; que no está sino un pajecico con
él. Dame presto mi capa, que está debajo de ti.
MELIBEA.- ¡Oh triste de mi
ventura! No vayas allá sin tus corazas; tórnate a armar.
CALISTO.- Señora, lo que no hace
espada y capa y corazón, no lo hacen coraza y capacete y cobardía.
SOSIA.- ¿Aún tornáis? Esperad;
quizá venís por lana.
CALISTO.- Déjame, por Dios,
señora, que puesta está la escala.
MELIBEA.- ¡Oh, desdichada soy!
¡Y cómo vas, tan recio y con tanta prisa y desarmado, a meterte entre quien no
conoces! Lucrecia, ven presto acá, que es ido Calisto a un ruido. Echémosle sus
corazas por la pared, que se quedan acá.
TRISTÁN.- Tente, señor, no
bajes. Idos son; que no eran sino Traso el cojo y otros bellacos, que pasaban
voceando. Que ya se torna Sosia. Tente, tente, señor, con las manos a la
escala.
CALISTO.- ¡Oh, válgame Santa
María! ¡Muerto soy! ¡Confesión!
COMENTARIO DE TEXTO: “LA CELESTINA”
El texto es un fragmento de “La Celestina” de Fernando de Rojas. Estamos
ante un ejemplo de literatura medieval del siglo XV y dentro del género teatral
y subgénero tragicomedia de esta época.
Fernando de Rojas fue un judío converso procedente de
Toledo (1470-1541)
El tema de este fragmento es la
conversación mantenida entre Calisto, Melibea y los criados.
Calisto aparte de estar interesado
por Melibea, también muestra interés por su doncella Lucrecia gracias a su
fascinante voz. Tras esto, Melibea se preocupa y se siente rechazada. Los
criados de Calisto, Tristán y Sosia, intentan hablar con él.
Personajes:
Calisto: Personaje plano que está
enamorado de Melibea, y al final de la obra muere de manera accidental e
ridícula (se cae de un muro).
Melibea: Personaje redondo. Dueña
de sus actos y representa el amor en la obra. Al final de la obra decide
suicidarse.
Lucrecia: Criada de Melibea. Ella
dice que odia a Calisto pero en realidad lo ama, por eso siente envidia de su
ama.
Tristán: Fiel criado de Calisto.
Sosia: Criada de Calisto que está
enamorada de Areusa.
Como se puede observar se hace el
uso del decoro lingüístico: Los personajes hablan según su condición social. Se
puede ver que Calisto y Melibea hablan de una forma mas culta que Sosia y
Tristán.
También aparecen figuras
retóricas. Se puede observar una antítesis: “no sea de peor condición mi
presencia, con que te alegras, que mi ausencia, que te fatiga”. Las palabras
“presencia” y “ausencia” son contradictorias.
En conclusión estamos ante un
fragmento de la obra “La Celestina” de Fernando de Rojas que muestra todas las
características propias del teatro en esta época.
PARTE CREATIVA
Melibea: - ¡Oh mi señor, no me
esperaba esto de vos! ¿Qué he debido hacer yo mal para que te vayas con mi fiel
doncella?Oh Lucrecia, no cantes más. Calisto ¿eres tú, mi señor y mi alma? ¿Oh
Dios, es él?
Calisto: -Oh mi señora, mi querida
Melibea. Fue todo un error, su espectacular voz me dejó sin habla y me dejé
llevar. ¡Oh Dios mio! Estoy tan arrepentido. Sé cierto que no volverá a pasar.
Melibea: -Calisto, mi fiel Calisto…
Estoy confusa, yo te quiero solo para mí, no para las demás. Eso lo decides tú,
pero yo ¿yo estoy loca de amor?
RRP
LGR
EVC
NHR
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